El riesgo es la razón de ser del seguro. No existe riesgo, si no existe la probabilidad que ocurra una pérdida o la incertidumbre de no saber cuándo ocurrirá dicha perdida. Entre ambos, lo imposible y posible, se da una gama de peligros o azares y cada uno es más, o menos intenso.

El riesgo se administra y ello permitirá decidir sobre el mejor seguro que se debe contratar. La definición concreta y exacta del riesgo susceptible de contratación es un elemento imprescindible en la técnica aseguradora. Su existencia, junto con la reparación de las consecuencias dañosas que produce (cuya concreción material de siniestro), es el elemento que da la razón de ser a la institución asegurada.